La gran terraza orientada a este reduce la profundidad de la vivienda, permitiendo la incidencia solar directa en su interior a lo largo de todo el día. Para poder percibir las luces de este, de sur y de oeste desde cualquier punto de la vivienda, se propone un esquema de espacios con un funcionamiento abierto.
espacios secuenciados
Así, se suceden desde la fachada principal a la trasera, uno tras otro, los espacios de terraza, de salón, de cocina-comedor y, al final, de estudio y de habitación principal. En un atractivo juego de visuales cruzadas, se obtiene un control total de la casa desde cualquiera de sus puntos.
La concatenación de una habitación tras otra queda marcada por umbrales de cierto espesor. Estos ámbitos intermedios preservan el nuevo carácter abierto y pasante de la vivienda, a la vez que ofrecen cierta capacidad de autonomía e independencia de las estancias entre sí.
Los umbrales se significan con parejas de grandes puertas correderas, a modo de límites indeterminados con voluntad de aparecer o desaparecer por completo; haciendo funcionar el espacio como una unidad, o bien, seccionarlo en estancias independientes.
